Un día, unos ladrones las abordaron atraídos por el ruido de los cascabeles ignoraron a la mula que llevaba el grano y se fueron directos a la que cargaba el dinero, hiriéndola
con un arma. El animal, lastimado, tardo en
lamentar su suerte y lo malherida que se encontraba, mientas su compañera le decía: "Pues yo estoy contenta porque a mi no han herido y tampoco se han llevado mi carga, así que me alegro de que me hayan ignorado porque nada he perdido".
Esta historia nos enseña que la ostentación de la riqueza solo puede traernos perdidas y lamentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario