Un viajero se acercaba a una gran ciudad y, antes de empezar adentrarse por sus calles y enfrentarse a las primeras impresiones que se tienen al conocer a sus habitantes, se topo con una mujer que iba por el mismo sendero y empezó a hablar con ella.
-Tras intercambiar un cortes saludo, le pregunto: Buena mujer, ¿Cómo es la gente de esta ciudad ? y la señora le contesto:¿ y como eran los habitantes de donde vienes?
-Terrible, mezquinos, gente de poco fiar en general, respondió el viajero. Ah, entonces va s a toparte con los mismos en este lugar, concluyo la mujer.
Aquel día había mas paseantes de los habitantes en aquel camino y, poco después, se detuvo otro forastero que pregunto a la mujer a cerca de la gente que habitaba aquella urbe desconocida para el.
Otra vez, la caminante quiso saber como eran sus paisanos y el extranjero le confeso entusiasmado: son gente maravillosa, muy honesta, trabajadora y muy generosa . La verdad es que los echare de menos. A lo que la mujer respondió.
-Pues eso mismo es lo que encontraras aquí.
Y así sucede con cada uno de las personas del mundo. La realidad se presenta diferente, para todos nosotros.
No vemos las cosas como son, sino que las vemos como somos.
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