Hace cinco años, mi padre y yo tuvimos un altercado y nunca lo solucionamos. Nos veiamos solo en navidad o reuniones familiares, y hablabamos muy poco. por tanto, cuando llegue a casa, me habia convencido a mi mismo que le
diría a mi padre que lo amaba. Es extraño, pero solo con el hecho de tomar esa decisión sentí quitarme un peso de encima.
A la mañana siguiente, me levante entusiasmado
y me alegre. Llegue temprano a la oficina y logre producir mas en dos horas que lo que hacia en todo un dia de labor.
A las nueve de la mañana llame a papa. Cuando contesto el telefono, dije: Papa, ¿puedo visitarte esta tarde? tengo algo que decirte ". Mi padre me respondio malhumorado:¿Y ahora que?. Le asegure que no tomaria mucho tiempo, y finalmente acepto.
A las 5.30 estaba en la casa de mis padres y toque la puerta, rezando para que fuera papa
quien abriera la puerta temía que si mama lo hiciera, me acobardaría y se lo daría a ella y no
a el. Sin embargo, por suerte papa abrió la puerta. No perdí tiempo.
Di un paso y dije: papa,
solo vine a decirte que te amo fue como si papa se transformara ante mis ojos, su rostro se suavizo, las arrugas parecieron desaparecer y empezó a llorar.
Extendió los brazos, me abrazo y dijo:
También te amo, hijo nunca he podido decírtelo ". Era un momento tan preciso que no quería moverme . Mama se acerco con lagrimas en los ojos.
Yo solo moví la mano para saludarla y le di un beso. Papa y yo nos abrazamos durante un momento mas y después me fui. Hacia mucho tiempo que no me sentía maravillosamente bien.
Dos días después, mi papa sufrió un ataque y termino en el hospital , inconsciente : el sufría de problemas cardiacos y nunca me lo había dicho . Ahora que el no esta recuerdo mucho aquel momento cuando nos abrazamos por nuestra reconciliación, iluminado como yo por esas dos maravillosas palabras de amor.
Anonimo
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