Pronto llego a rezar un rico, que se olvido la bolsa. Llego un pobre que se llevo la bolsa.
El ermitaño se callo. Entonces llego un muchacho, y detrás el rico, que arremetió contra el muchacho.
El ermitaño no pudo aguantar mas e increpo al rico. "No vales para suplantarme dijo el Señor por la noche al ermitaño.
Tu no sabias que la bolsa era para comprar la virginidad de una mujer, y que el pobre necesitaba para sobrevivir, en cuanto el muchacho. Las heridas le hubieran impedido viajar. Ahora acaba de zozobrar su navío y se ha ahogado. Tu no sabias nada .Yo se y por eso callo".
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