DEJA A LA GENTE DESAHOGARSE

Es bueno dejar a la gente que se desahogue.                  El agua  estancada se pudre.                                     Es bueno dejar a la gente que abra la llave de escape y eche fuera sus penas.                                       Un amigo  que viaja  bastante  en  taxi nos cuenta que solía  preguntar a los  taxistas: ¿Cómo le  va? Y entonces soltaba una letanía de problemas: los impuestos, las averías, la gasolina, alguna multa, catorce horas pegado al volante.          Hasta  que un día, cansado de oír  miserias  cambio  de táctica. En vez de preguntar a los amigos como te  va -ya se que tiene problemas - les pregunta: "Además de mal. ¿Cómo te va? Y es curioso.         

Le sorprende mi pregunta. Y  se pone a contarme: Pues mira, no me va muy bien, pero  tampoco tan mal, vamos  tirando. Ya sabes,  Dios  aprieta , pero no  ahoga". 

 Y  veo  que sonríen y que crece en  ellos  la esperanza.

 

 

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