Espera tu turno para hablar, escucha, haz una pausa, piensa antes de dar una respuesta. Deja que tu interlocutor se vacié y diga lo que piensa, reflexiona detenida y serenamente en las consecuencias de tus palabras y después responde con sensatez y sin perder la calma, la compostura y el control de ti mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario