San Pedro aburrido de no abrirle las puertas del cielo a nadie, bajo a la tierra y se encontró a un baturro.
Le pregunto donde iba, a lo que este dijo que a Zaragoza. Si Dios quiere le replico San Pedro.
El aragonés insistió: "Que quiera Dios o no voy a Zaragoza".
Ante esta respuesta San Pedro lo convirtio en rana y lo arrojo a un charco, obligándole a sufrir mil calamidades, años después devolvió al baturro a su ser y le pregunto de nuevo a donde iba. Ya lo sabes a Zaragoza contesto el baturro.
San Pedro insistió " Si Dios quiere, hombre...,Si Dios quiere".
El baturro le replico: " que Dios ni que suplicaciones". Ya te lo he dicho " a Zaragoza o al charco".
El apóstol dio por imposible dominar aquel carácter y dejo al baturro seguir tranquilamente su camino hasta Zaragoza.
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