Un artesano estaba cincelando, en su estudio, un ave fénix. Solo tenia un esbozo y la figura no era mas que el penacho y las patas, sin plumaje. Dos hombres que pasaban por allí se quedaron mirando y uno de ellos dijo: -Este ave fénix parece un búho. Muy favorecido no esta, la verdad, -¿Un búho, dices.? -dijo el otro hombre. -¡Mas bien un pelicano¡ ¡Hasta yo lo haría mejor.
Ambos rompieron en una carcajada y no dudaron en hablar a los demás del escaso talento del escultor y la horrible obra que estaba creando. Días después, el artista presento su obra terminada y todos se quedaron con la boca abierta. Esperaban encontrar una masa deforme y, en su lugar admiraron la escultura de fénix mas bella que habían visto. Tenia un penacho de plumas de un verde esmeralda tornasolado y su cuerpo parecía elaborado a base de esmeraldas. Y los mismos que tanto habían criticado la obra de ese hombre, ahora no hacían mas que elogiar su arte.
No tomes conclusiones apresuradas ni te dejes llevar por el primer impulso ante algo que no conoces esas primeras apreciaciones pueden estar muy equivocadas y hacer que luego te arrepientas de algo que dijiste antes de tiempo.
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