La felicidad y la pena son gemelas, deja que
vengan y se vayan como las nubes.
Que Dios me conceda serenidad para aceptar
las cosas que no puedo cambiar,
valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y sabiduría para conocer la diferencia.
En cuanto confíes en ti mismo, sabrás cómo
vivir.
Saber envejecer es la obra maestra de la sabiduría, y uno de los capítulos más difíciles
del gran arte de vivir.
El secreto de la felicidad no es hacer lo que
a uno le gusta, sino gustar de lo que uno
tiene que hacer.
Nada es tan fuerte como la ternura, nada es
tan tierno como la verdadera fortaleza.
Mejor que mil palabras inútiles es una sola
palabra que dé paz.
Vive en paz contigo mismo y asi podrás llevar
la paz a otros.
Una persona apacible es más
benéfica que una persona instruida.
El que prefiere sonreír a enojarse es siempre
el más fuerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario