Me preguntas cómo deberás estudiar.
He aquí mi consejo y tu norma:
No entres de golpe en el mar, llega hasta él
por los ríos, pues a lo difícil se ha de llegar por lo fácil.
No hables demasiado, ni te entregues a distracciones.
Ama la pureza de conciencia.
Entrégate a la oración.
Ama la soledad, si quieres llegar a entrar un día en la morada del saber.
Sé amable con todos.
No te preocupes de lo que otros hagan.
Escoge tus amistades, de modo que no perjudiquen tu dedicación al estudio.
No te metas en asuntos ajenos.
Huye, sobre todo, de perder tiempo.
Aspira a la perfección, imitando el proceder
de los que ya la alcanzaron.
Todo lo útil que oigas, sin preocuparte de quién lo dice, consérvalo en la memoria.
Procura entender todo lo que leas y escuches,y aclara las dudas.
Esfuérzate en adquirir para el tesoro de tu mente todos los conocimientos que puedas.
Pero no pretendas buscar lo que es superior a tus fuerzas.
Si haces todo esto, tendrás y producirás útiles frutos en la heredad del Señor.
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