Para conservar a un amigo 3 cosas son necesarias: honrarlo cuando esté presente, valorarlo cuando esté ausente, y asistirlo cuando lo necesite.
Gran parte de la vitalidad de una amistad reside en el respeto de las diferencias, no sólo en el disfrute de las semejanzas.
Tómate tiempo para escoger un amigo; pero sé más lento aún en cambiarlo.
La amistad es un alma que habita en dos cuerpos y un corazón que habita en dos almas.
La verdadera amistad es la que sigue a tu lado incluso cuando no te queda nada por ofrecer, salvo tu compañía.
A veces, una separación prolongada, a la vez
que amortigua los rencores, despierta la amistad.
La amistad es como un lucero que siempre está dando luz al cielo.
No busques amigos sin defectos, pues te quedarás sin amigos toda la vida.
Tampoco busques defectos en tus amigos, pues poco a poco te quedarás solo.
A las personas les interesa nuestro destino exterior; el interior, solo a nuestro amigo.
Si quieres hallar en cualquier parte amistad
dulzura y poesía llevalas contigo.
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