U na bella princesa estaba buscando marido y
hasta palacio llegaron pretendientes nobles y
ricos de todas partes del planeta, que le ofrecieron preciados obsequios como joyas,tierras, ejércitos, tronos...Pero entre tan
excelsos candidatos se encontraba un humilde
joven, que no tenia más fortuna que su amor y
su capacidad de resistencia.
Cuando le llegó el turno de presentarse ante la princesa, le dijo: Siempre te he admirado
en secreto. Soy pobre y sólo puedo ofrecerte
mi sacrificio como prueba de amor.
Permaneceré 100 días bajo tu ventana, sin apenas nada que llevarme a la boca y aguantando las inclemencias del tiempo.
Si pasas la prueba, me casaré contigo, le prometió la hija del rey.
Y así fue. Pasaron días y días y el humilde
pretendiente sufrió frió, calor y lluvias, sin
apartar su mirada de la ventana a la que, de
tarde en tarde, se asomaba la preciosa muchacha.
Todo apuntaba a que él iba a ser el próximo
príncipe, pero apenas un día antes de cumplir
su reto y sin dar explicación, se retiró del lugar.
Meses más tarde, mientras caminaba solitario,
un chico le preguntó el porqué de su desaparición.
Y él, apenas aguantando las lágrimas, respondió:
La princesa no me perdonó ni una hora de
sufrimiento. No merecía mi amor.
ESTOS CUENTOS ME LOS COPIA UNA
AMIGA DE LA REVISTA PRONTO
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