Las personas maduras son distintas de la gente común. Pero no se esfuerzan en aparecer distintas. Ni temen que las tachen de distintas. Simplemente lo son.
Lo son porque:
Disfrutan de todo lo bello, sencillo y positivo que tiene la vida.
No pierden el tiempo en lamento o quejas contra los demás o los acontecimientos.
No tienen complejos ni sentimientos de culpa.
Reconocen sencilla y llanamente sus errores y
defectos, pero sin lamentaciones inútiles.
No se disculpan culpando a los demás.
Viven con alegría el momento presente,
programando prudentemente el futuro sin pesimismo obsesivo.
Recuerdan el pasado en lo que tuvo de positivo, sacando enseñanzas positivas incluso de lo negativo.
Aman generosamente sin exigir amor a quienes aman, sin crear dependencias y respetando la libertad de pensar, amar y actuar según su propia y exclusiva decisión.
Evitan depender de los demás y que los demás dependan de ellos.
Actúan sin la necesidad del aplauso y alabanza de los demás.
Obran por si mismos. No por lo que piensan
o desean los otros. Pero tampoco alardean de ello.
No se preocupan de los vanos convencionalismos sociales, aunque respetan
las reglas del juego del vivir en la sociedad.
Tienen sentido del humor y no se ofenden por las bromas.
No toman actitudes excesivamente dramáticas
ni toman la vida demasiado en serio.
Se aceptan a si mismos con comprensión
Cada día ten delante de ti el objetivo de tu
vida. Te ayudará a Alcanzarlo.
Aceptan y comprenden sin sentido de superioridad errores ajenos.
No se esfuerzan en aparentar lo que no son ni física ni moralmente. No usan máscaras ni
caretas.
No se disculpan sus defectos diciendo
"es que yo soy así".
No repiten demasiado yo, yo, yo; ni usan falsa
modestia.
Aman la espontaneidad y la sencillez, y gozan
de los encantos de la naturaleza.
Son dueños de sus sentimientos y no son.dominados por cualquier emoción momentánea.
Ante las adversidades mantienen la serenidad
sin adoptar posturas de mártires.
No juzgan a la gente superficialmente por su
aspecto exterior o por su coche.
Creen en si mismos, en sus poderes internos
para resolver sus problemas psíquicos y físicos
sin engreimiento vano, sin aislamiento egoísta.
Se aman rectamente y de verdad a si mismos
sin miedo de ser tachados de egoístas.
Por eso cuidan con esmero su salud física y
mental.
Son amantes de la verdad.
Nunca dicen mentiras, pero saben que a veces
hay que callar la verdad por respeto a si
mismos o a otros.
No dan consejos imponiendo lo que deben hacer los demás.
Exponen su parecer.
No se meten en habladurías o criticas ni propagan informaciones; maliciosas.
Su conversación es siempre de tono positivo.
rehuyendo comentarios destructivos.
Son personas prácticas. No sólo críticos o teóricos. Aman la vida como es.
Sin condiciones. En lugar de lamentarse de lo
que no debe o debiera ser, trabajan para cambiar lo que debe ser cambiado.No temen los fracasos.
Los que nunca rompen un plato son los que nunca friegan.
Son perseverantes, pero no tercos.
Aunque aman mucho la vida, no temen la muerte. No viven a expensas de las modas en el vestir o formas de vida, aunque respetan a
los que son manipulados por las modas y sus caprichos.
Son amantes de la Humanidad, sin valores parcializados.
Se sienten más miembros de la sociedad que
súbditos de una patria. Pero se respetan y
aprecian las idiosincrasias nacionales o regionales.
Evitan fanatismos políticos, religiosos, sociales,
deportivos, conscientes de que limitan la amplitud de visión y amor.
No tienen héroes ni ídolos. Reconocen cualidades de las personas sin mitificarlas.
No gritan exigiendo justicia, sino que se esfuerzan ellos justos.
No son envidiosos alegrándose de las desgracias ajenas.
Tratan de olvidar las ofensas de que han sido
victimas y perdonan de corazón.
Aman a los demás con desinterés, generosamente.
No sirven a los demás para que Dios les premie, ni sirven tampoco por la satisfacción
de servir. Sirven porque saben que su naturaleza es amar y ayudar.
Están preocupados por crecer cada día en humanidad.
Saben que vivir es caminar, por eso si resbalan se levantan.
No permanecen caídos pues caídos no pueden
caminar ni vivir.
No corren detrás de la felicidad sino que viven con toda intensidad cada momento,
consciente mente; y saben que la felicidad es la consecuencia de vivir ese momento.
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