Saluda a todo el mundo dando los buenos días, buenas tardes o noches, diciendo adiós y respondiendo a quien lo haga.
El saludo es un unguento que suaviza y mejora las relaciones personales.
Del mismo modo que no es más rico quien más tiene sino quien menos necesita, también
es más feliz quien más satisfecho se siente de
si mismo y sus bienes, en lugar de perder el
tiempo lamentándose por sus carencias o deseando parecerse a otras personas.
Se prudente, toma tus precauciones, pero no
caigas en la tentación de dejarte llevar de la
excesiva desconfianza y suspicacia, porque estas nos separan y aíslan de la gente y no son buenas a la hora de establecer relaciones
personales sanas.
Puedes saber si un hombre es listo por sus respuestas, pero solo sabrás si es sabio por sus preguntas.
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