Tus hijos no son tus hijos,
son hijos e hijas de la vida
deseosa de si misma.
No vienen de ti, sino a través de ti,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos,pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellos
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar,
ni siquiera en sueños, tu hoy.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos
semejantes a ti,
porque la vida no retrocede
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero
sea para su felicidad.
Pues aunque él ama
la flecha que vuela,
ama de igual modo al arco estable.
Esta poesía se la dedico a mis nietos Vero y Diego para que piensen en la mejor manera de educar a su hijo Lorien, y puedan prepararse para esa magnifica y a la vez difícil tarea de ser padres.
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