El burro de Hakim
Hakim era un vendedor de sal en la antigua
Bag dad y cada día iba al mercado con dos sacos que cargaba su burro.
Un caluroso día, al atravesar el río Tigris, el
animal tropezó y se cayó al agua.
Al salir, Hakim vio que mucha sal se había disuelto y que la carga era, por tanto, más ligera para el burro.
A partir de entonces, le fue imposible evitar que cada vez que hacían el viaje el animal se metiera en el río arruinando parte de la carga.
La situación se hizo insostenible porque sus ingresos empezaron a disminuir.
Ante este terrible problema, Hakim pensó en cambiar el medio de transporte o en vender el burro, algo que su familia no entendería porque adoraba al animal; incluso, se planteó
cambiar de trabajo.
Al final, se le ocurrió hacer una prueba.
Cargó al burro siempre y, como de costumbre,
el animal acabó en el agua.
Pero esta vez, lo que llevaba no era sal, sino sacos de arena, de manera que cuando el burro intentó salir del río, comprobó que los sacos pesaban mucho más.
Así que desde entonces no volvió a zambullirse.
Y es que en algunas situaciones difíciles, la
solución no es deshacerte de lo que causa el
problema, sino mover adecuadamente algunas
piezas y utilizar el ingenio.
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