PENSAMIENTOS
Trata de recuperar, poco a poco, la sensibilidad para el trato cotidiano.
Sé amable con todos, sé pródigo en saludos y
sonrisas, ten siempre en los labios palabras de agradecimiento, cede el paso siempre que te sea posible.
A fuerza de ahorrarnos estos pequeños gestos
de cortesía estamos convirtiendo nuestro hábitat
un lugar más oscuro, frío e inhóspito, del que
nosotros mismos acabamos quejándonos.
¿No será mejor devolverle la luz, el color, la
calidez de la sonrisa, la amabilidad y la
gratitud?
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