¡No estés triste!
Busca el consuelo que el cielo brinda a los que reciben los dolores con paciencia y amor.
Si la persona a la que amas más que a nadie, más que ti mismo, fue ingrata contigo,
no te pongas triste; pide al Padre que la acompañe y que cada día la haga más feliz.
Entrega al Padre, que es infinitamente comprensivo, todas las personas que amas y ámalas tú también.
Aleja de tu corazón todos los recuerdos tristes
Remover tus propias culpas,
¿ conseguirá sanar el mal hecho?
¡De ninguna manera!
Cuanto más revuelves en tu alma las tristezas
de ayer, más sufres y sin ningún resultado.
Orienta tu mente hacia hermosos recuerdos,
momentos felices y obras de ayer que fueron
gratas.
Enciende la luz, para que se vaya la oscuridad.
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