CUENT0
Allí vive el hombre más sabio del mundo.
Ciento sesenta y cinco años, no se ha equivocado jamás.
En el pueblo donde vivía este sabio, había dos niños que estaban todo el día pensando qué podían hacer para que el sabio se equivocara al menos una vez.
Un día, uno de los dos niños le dijo al otro:
"¡Ya lo tengo! Ya sé lo que haremos para que se equivoque. Iremos a ver al hombre sabio con un pájaro entre las manos.
Sin abrir las manos le preguntaremos si el pájaro está vivo o muerto.
Si nos dice que está muerto, abriremos las manos y le mostraremos como vuela; si nos dice que está vivo, lo chafamos con las manos hasta matarlo."
El otro niño, después de escuchar aquella
proposición, contestó emocionado:
"¡Buenísima idea! ¡pincha seguro!, diga lo que diga se equivocará, ¡qué gran idea!
Los dos niños se fueron entonces a buscar al
hombre sabio.
Con sus ciento sesenta y cinco años, caminaba
encorvado, con su túnica y su bastón, sus ojos
pequeños y su barba blanca.
Se acercaron los dos al hombre sabio y le
preguntaron.
Señor sabio, perdone que le molestemos, queremos hacerle una pregunta.
Tenemos un pájaro entre las manos, y queremos que usted nos diga si cree que está
vivo o si por el contrario está muerto."
¿Qué contestó el sabio?, ¿ cuál fue su respuesta? Los dos niños estaban expectantes
mientras el hombre sabio contestó sin inmutarse:
"LA RESPUESTA ESTÁ EN VUESTRAS MANOS."
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