PENSAMIENTOS
Respeta siempre a tus mayores
Trátalos con paciencia y cariño, atiéndelos con
esmero y dedicación, escuchándolos y haciendo
caso de sus costumbres y tradiciones.
-incluso de sus manías-.
En la medida en que puedas, explora y aprovecha el increíble pozo de sabiduría que pueden ofrecerte.
Trata de recuperar, poco a poco, la sensibilidad para el trato cotidiano.
Sé amable con todos, sé pródigo en saludos y
sonrisas, ten siempre en los labios palabras de
agradecimiento, cede el paso siempre que te
sea posible.
A fuerza de ahorrarnos estos pequeños gestos
de cortesía estamos convirtiendo nuestro hábitat
un lugar más oscuro, frío e inhospito, del que
nosotros mismos acabamos quejándonos.
¿No será mejor devolverle la luz, el calor, la
calidez de la sonrisa, la amabilidad y la
gratitud?
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