CUENTO "¡los pavos no vuelan"!
Un granjero estaba paseando por los alrededores de su pueblo y se encontró, al pie de una escarpada montaña, un huevo muy
grande.
Nunca había visto nada igual y, arropándolo entre su camisa y el calor de su cuerpo, se lo
llevó a casa.
Cuando lo dejó en el gallinero, su mujer le preguntó: "¿Será de avestruz?".
No lo creo, es demasiado abultado, le respondió.
Y el hijo, que no salia de su asombro mirándolo, sugirió: ¿Y si lo rompemos?
Pero el padre lo convenció de que lo mejor era esperar:
Lo pondremos debajo de la pava que está
empollando y tal vez nacerá.
Y así fue. A los pocos días, vino al mundo un pavito de negro plumaje, grande y con mucho
apetito.
Comió hasta la saciedad y, al acabar, le dijo
a la pava: "Mamá, ahora vamos a volar"
Ella se sorprendió mucho y le contestó:
Mira, los pavos no volamos.
Lo que pasa es que te ha sentado mal tanta
comida, Esto mismo le repetían cada vez que
expresaba su deseo de volar.
Así que se dedicó a hacer lo mismo que el resto de pavos.
Pero un día el veterinario visitó la granja y
descubrió que era un cóndor y había nacido
para volar a miles de metros de altura.
Por eso piensen lo que piensen los demás,
siempre debemos perseverar en nuestros deseos
para hacerlos realidad.
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