EL PÁJARO Y EL MANZANO

Después  de  estar  toda  la  mañana  volando  de  un  lugar  para  otro  sin  parar, un  pájaro  se  posó  en  una  rama  del  manzano.
En  ese  momento, el  árbol  salió  de  su  ensimismamiento  y  le  dijo:
"¿Es  que  no  tienes  otro  lugar  donde  pararte"?
El  ave  dio  un  respingo y  contestó:
"Tranquilo, sólo  quiero  descansar  un  rato.
¿Te  sucede  algo?"
A lo  que  el  manzano  replicó:  Que  mi  vida  es  aburrida. Estoy  siempre  aquí  quieto  a  la  espera  de  que  pájaros  como  tú  y  otros  animalejos   vengan  a  picotear  mis  frutos..."
El  pájaro  lo  estuvo  escuchando  atentamente  y,
cuando  hubo  acabado, le  dirigió  estas  palabras
A mi  me  parece  todo  lo  contrario.
Creo  que  tu  existencia  tiene  mucho  más  sentido  que  otras.
Desde  pequeño  creciste  para  dar  tus  frutos  a los  demás,  generosamente, sin  pedir  nada  a  cambio. ¡No  puede  haber  una  vida  más plena!
"Puede  que  tengas  razón, pero  yo  preferiria  ser  un  ave, replicó  el  manzano.  "Los  pájaros  
tenéis  una  gran  virtud:  aceptáis  las  cosas  tal  cual  son.
Haga  sol  o  lluvia, salís  a  volar.  No  como  los  
humanos, que  siempre  esperan  algo  y  sí  no  sucede, se  decepcionan"  Y  así  es.
Al  igual  que  los  pájaros, siempre  es  mejor  aceptar  y  reconocer  las  oportunidades  que  nos  ofrece  la  vida.
Esto  nos  hará  más  felices.

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