El tiempo es un regalo precioso que puede servirse para reducir el estrés.
Búscate como sea un tiempo para ti, sin interrupciones, sin televisión y sin llamadas telefónicas.
Permite que tu alma se ponga al día.
El estrés puede aparecer cuando varías obligaciones se te acumulan; por ejemplo,
el trabajo y la familia.
Reduce el estrés planificando con tiempo siempre que puedas, explicando la situación a los interesados y pidiendo ayuda para desarrollar nuevas alternativas.
Y acepta el hecho de que surgirán conflictos.
Cuando hayas descubierto la causa de tu
malestar, considera si tiene o no solución.
Si no te es posible cambiar la situación,
intenta cambiar de actitud.
Como medida preventiva, haz uso de técnicas
relajantes durante tu jornada laboral:
haz pequeños descansos saludables, mira por la ventana, da una vuelta por el edificio, saborea el café, el té o cualquier cosa que tomes.
Es posible que algunas facetas de tu vida hayan sido descuidadas durante períodos prolongados de estrés,
Lucha por restablecer tu equilibrio.
Saca tiempo para rezar, hacer ejercicio, pensar,
leer, realizar alguna actividad física, estar solo,
estar con otros.
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