El reto de vivir es la esencia y la savia de mi vida.
Es volver a vivir al salir ileso de entre los escombros del terremoto, de entre las fuerzas devastadoras del huracán, de entre las profundidades del océano; es volver a vivir cuando en la noche de la vida las tinieblas cubrieron mi senda y me dejaron solo en la oscuridad.
Es volver a vivir después de recibir la visita de la muerte que se lleva a alguien muy cercano y, al mismo tiempo, también un poco de uno mismo.
es volver a vivir después del abandono de quien tanto amaste y confiaste y que la monotonía de la vida redujo a cenizas;
es volver a vivir después que el corazón quedó roto por la incomprensión del hombre y por la insensibilidad de quien se quiso;
es volver a vivir después que la tempestad dejó mi barco resquebrajado por las envestidas de las olas y los fuertes vientos;
es volver a volver al lado de mis compañeros
de viaje, entre dudas y tinieblas, entre huecos y roturas.
Es volver a vivir aunque la luz del horizonte ya no brilla como antes, pero con la esperanza de que sí hay una luz al final del túnel.
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