Quisiera volar como los pájaros, pero tengo que soportar la realidad de mis pies; quisiera ser fuerte como un león pero mis brazos pronto se cansan.
Quisiera gozar de la armonía del universo pero mi mente me habla de guerras y terremotos.
Quisiera cantar como el jilguero, pero de mi boca salen palabras que hieren.
Quisiera ser como un torero y dominar las envestidas de la vida, pero estoy a merced de
truhanes y manipuladores.
Quisiera ser nube que da sombra y regala agua, pero mi cuerpo se pega cada día más a
la tierra.
Quisiera ser luz que ilumina el día y la noche, pero tengo que conformarme con ser
bombilla que apenas parpadea.
Quisiera llamar a las cosas y a las personas
por su nombre, pero mi memoria me traiciona.
Quisiera ser norte y guía, pero ando perdido
entre mil encrucijadas.
Quisiera, por último, pedir sólo una cosa:
no perderme jamás por el camino.
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