La cruz abrazada te pesará menos que si la llevas arrastrada.
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Lo más importante no es lo que damos, sino la alegría que ponemos en la acción de dar.
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La carencia de hogar no es sólo una cuestión de más o menos ladrillos ; proviene de esa terrible soledad que los no queridos, los no amados hallan en su camino.
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Las riquezas pueden ahogar si no se emplean
de forma adecuada, tanto las sepirituales como materiales.
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Entrégale a alguien tu tierno amor y tus cuidados. El afecto y alegría que tú le comuniques le infundirán una gran esperanza.
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No es la fuerza, sino el amor, lo que trae la paz al mundo.
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Si nos aceptamos los unos a los otros seremos
verdaderamente libres.
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No sólo de pan vive el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios
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