CATÁSTROFES QUE NO LO SON

En  una  pequeña  aldea  vivía  un  sabio.
Un  día, el  suelo  apareció  plagado  de  gallinas  muertas.  Entonces, los  aldeanos  fueron  en  comitiva  a  preguntarle  la  razón  de  ese  extraño  fenómeno.
"¿Qué  cree  usted  que  es  esto, una  maldición?"
le  dijeron.
A lo  que  él  respondió:  "No  os  alarméis.  No  puedo  deciros  por  qué, pero  es  por  nuestro bien" 
Los  vecinos  se  marcharon  algo  disgustados  con  esa  misteriosa  respuesta, pensando  que  el  hombre  al  que  tanto  admiraban  estaba  perdiendo  la  razón.
Pero, para  su  sorpresa, al  día  siguiente  todos  los  perros  cayeron  desplomados. Y de  nuevo  se
encaminaron  hasta  la  casa  del  sabio, que  volvió  a  tranquilizarlos  asegurándoles  que, aunque  costara  creerlo, esto  también  era  
"para  el  bien  de  todos"
La  misma  escena  se  repitió  al  tercer  día, cuando  se  apagaron  todos  los  fuegos.
Pero  lo  peor  estaba  por  suceder; 
Días  después, una  banda  de  asesinos  llegó  al  pueblo  y  todos  los  habitantes  se  ocultaron  temiendo  por  sus  vidas.
Pero  el  jefe  de  los  malhechores  dijo:
"No  hay  gallinas, ni  perros.  No  sale  humo  de  las  chimeneas. Vámonos, aquí  no  hay  nadie"
A veces  suceden  cosas  que  interpretamos  como 
una  catástrofe  pero, tras  una  gran  pérdida, la  vida  también  te  puede  traer  cosas  buenas  que  no  esperabas.

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