En una aldea en Etiopía, un hombre y una mujer viudos decidieron formar juntos una nueva familia.
Sin embargo había un problema, él tenía una
hija de corta edad que no había superado aún aun la muerte de su madre.
Ella intentó ganarse su cariño, pero pasada la
primera semana, la pequeña ni siquiera le dirigía la palabra. La mujer, impotente, decidió
ir a un hechicero.
¿Que puedo hacer para que la niña me acepte?"le preguntó. Y éste respondió: Me has de traer tres pelos del bigote de un león.
Ella salió preocupada, preguntandose cómo le
podia sacar tres pelos al fiero animal sin que
éste la devorara.
Al ver un león, guardó distancia y lo observo
desde lejos durante un rato. Pasado un tiempo,
se acercó, le dejó un trozo de carne y se volvió a alejar. Repitió esta acción durante días y el animal se acostumbró a la presencia
de la mujer. Hasta que un día, ésta pudo quitarle los tres pelos sin problemas cuando el
león dormía.
Enseguida fue a llevarlos al hechicero.
De camino, se dio cuenta de que ya sabía de
cómo conseguir el cariño de la pequeña:
teniendo paciencia. Como había hecho con el
león, debía acercarse poco a poco a ella, respetando su actitud y su territorio, esperando
fielmente.
Es bien cierto que con paciencia es más fácil
acabar conquistando el corazón de las personas
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