Algunos de nosotros envejecemos, de hecho, porque no maduramos.
Envejecemos cuando nos cerramos a nuevas ideas y nos volvemos radicales.
Envejecemos cuando lo nuevo nos asusta.
Envejecemos tambien cuando pensamos demasiado en nosotros mismos y nos olvidamos
de los demás.
Envejecemos si dejamos de luchar.
Todos estamos matriculados en la escuela de la vida donde el maestro es el tiempo.
La vida solo puede ser comprendida mirando
hacia atrás, pero solo puede ser vivida mirando hacia delante.
En la juventud aprendemos, con la edad comprendemos.
Las personas somos como el vino: la edad estropea los malos pero mejora los buenos.
Envejecer con sabiduría y tolerancia no es envejecer.
No permitas que la tristeza del pasado y el miedo al futuro te estropeen la alegria del
presente.
Solo se envejece cuando dejas de aprender, de
sorprenderte y de creer en ti mismo.
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