Un dios estaba tan harto de las continuas peticiones de uno de sus devotos que un día se apareció ante él y le dijo:
"He decidido darte las tres cosas que desees.
Después no volveré a concederte nada más".
Lleno de gozo, el hombre hizo su primera petición sin pensarselo dos veces: que muriera
su mujer para poder casarse con una mejor.
Ésta fue inmediatamente atendida, pero cuando sus amigos y parientes se reunieron en el funeral y comenzaron a recordar las buenas cualidades de su difunta esposa, el devoto cayó en la cuenta de que se habia precipitado
Ahora reconocia que no habia sabido ver las
virtudes de su mujer. ¿Acaso era tan facil encontrar a otra tan buena como ella?.
De manera que rogó a su dios que la volviera
a la vida, con lo cual, solo le quedaba un deseo más. En esta ocasión, para no errar, solicito consejo a los demás. Algunos le sugirieron que pusiese la inmortalidad , pero otros respondian. ¿De qué servía la inmortalidad sin salud ? ¿Y la salud sin dinero? ¿ Y el dinero sin amigos?
Así que, al no decidirse, le suplico a su dios que le aconsejara, y este le dijo: Pide ser capaz de contentarte con todo lo que la vida
te ofrezca, sea lo que sea. Porque hay que aprender a valorar lo que uno tiene y no estar siempre pendiente de aquello de lo que
se carece.
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