Aprende a descansar tu mente.
Una mente cansada no puede pensar bien.
Descansa la mente con ejercicios de higiene mental, para lograr todos los días mayor energía y fuerza.
Un cerebro cansado altera el pensamiento.
El pensamiento es la fuerza creadora más grande de la tierra.
Proporciona descanso a tu cerebro, y podrás pensar con claridad y gozo.
No te angusties ni te intranquilices, te evitaras molestias en tu cuerpo.
La angustia es un factor bioquímico, que influye en las secreciones glandulares y produce demasiada adrenalina, estimulando, de forma
exagerada, el sistema nervioso. De ahí a la enfermedad hay solo un paso.
El nerviosismo perjudica las bases de la salud.
No bebas el veneno de la adulación, apártate
de el. No confíes en las personas que te alaban sin motivos.
Muéstrate abierto a la critica honesta y ciérrate a la falsa cortesía.
La critica a nuestros actos puede convertirse en la voz de alerta que necesitamos para nuestro mejoramiento.
Los elogios no merecidos nos perjudican y nos
crean ilusiones.
No hay nada tan frágil como una persona que,
vive de sus propias ilusiones.
Sé atento y comprensivo.
¡Muchas veces los que vienen a conversar contigo traen problemas recónditos, ocultos en
el fondo del alma!
No pierdas la calma, tú que vislumbraste ya la
luz de la comprensión de los hermanos.
Manten el equilibrio cuando se presente alguien perturbado.
Se atento y comprensivo: en el mundo hay muchísimos enfermos y tú tienes salud moral.
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