Robertito Grasso era un tipo muy simpatico.
Una tarde entró sonriendo en la peluqueria y
le dijo al encargado.
-Quiero que me haga un corte de pelo de la
siguiente forma: del lado derecho, me deja el pelo a la mitad de la oreja.
Del lado izquierdo, me recorta bastante para
que se me vea la oreja completa.
En la nuca, me hace varias entradas.
En la parte de arriba, me corta mucho pelo para que se me note bien el cuero cabelludo.
Y en la parte de la frente, me deja un mechon
de cabello que me llegue hasta la nariz, lo
suficientemente largo como para que me pueda
hacer unas bonitas trenzas.
-Ese es un corte de pelo muy raro.
¡Es imposible! No se lo puedo hacer.
-¿Como que no? ¡ Si eso es lo que hizo la ultima vez que vine aqui!
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