Un hombre muy pobre fue arrestado y encarcelado por robar dos sacos de trigo.
Tan injusta era su condena que empezó a pensar como salir.
Llamó al carcelero y le pidió una cita con el rey, asegurando que tenia un tesoro muy valioso para el.
Una vez ante el monarca, le dijo: Su majestad,
esta semilla es muy especial. Si la planta una
persona honrada, que nunca haya robado ni
mentido, crecera de ella un peral en el que maduraran peras de oro. Si no es asi, el peral
solo ofrecera las peras de siempre.
Asi que os la ofrezco a vos, que seguramente nunca habeis robado ni engañado a nadie.
El rey contesto que de pequeño le habia robado una moneda de oro a su madre y rehuso el ofrecimiento.
Que la plante vuestro canciller, le contesto el
hombre. Pero tambien declino la oferta.
Lo mismo hicieron el comandante del ejercito
real y el juez. Ante tantas negativas, el preso
se puso a reir y dijo.
Todos vosotros, aunque tengais cargos importantes, robais, mentis y engañais y no por
eso estais en la carcel. Y yo, que robe tan solo
dos sacos de trigo para dar de comer a mi familia, debo seguir encerrado.
Ante tal argumento, el rey le liberó.
Recuerda que todos podemos tener algo que
ocultar o callar, por lo que no debemos criticar
o condenar a los demas por lo que quizas hemos hecho nosotros tambien.
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