Erase una vez una hermosa cierva a la que un
grupo de cazadores perseguia incansablemente por el bosque.
El animal, desesperado por querer huir del peligro, corria sin aliento, exhausto y, cuando
ya estaba a punto de darse por vencido, vio un
terreno plantado de viña espesa y penso que eso podia ser su salvación, por lo que corrio a refugiarse bajo las vides. Los cazadores pasaron muy cerca buscando darle caza y la
cierva, creyendose muy bien escondida y a salvo de quienes la perseguian, empezo a saborear con gran ahinco las hojas de la viña
se movian, pensaron muy acertadamente que alli debajo se ocultaba un animal de tamaño
considerable, por lo que no dudaron en disparar sus escopetas hacia esa direccion y
herir mortalmente a la cierva.
Esta, viendose morir, se lamento pronunciando
estas palabras:
¡"Me lo he merecido, pues no debi haber abusado tan alegremente de quien me estaba
resguardando de los cazadores".
Esta historia nos enseña que debemos ser siempre agradecidos con quienes generosamente nos ofrecen su ayuda para afrontar los problemas y salir adelante.
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