Habia una vez un hombre muy sabio al que con
frecuencia visitaban los habitantes de la aldea para quejarse una y otra vez de los mismos problemas.
Harto de escuchar siempre lo mismo, un dia los
reunio a todos y en vez de atender a las ya tan manidas preocupaciones de sus conciudadanos
decidio contarles un chiste.
Fue un éxito total,todos se rieron a carcajadas.
Viendo la gran acogida que habia tenido su idea, el sabio permanecio unos minutos en silencio antes de contarles, de nuevo, el mismo chiste.
Esta vez, solo se oyeron unas pocas carcajadas.
El hombre volvio a su silencio, pese a que todo el
mundo estaba expectante, y transcurridos unos
minutos más, lo explico por tercera vez, pero en
esta ocasion ya nadie fue capaz de reirse.
Entonces, el sabio sonrio y dijo: "¿Verdad que no
se puede reir del mismo chiste una y otra vez?"
"Verdad, gran sabio", respondieron al unisono los alli reunidos. "Por lo tanto, ¿por que siempre venis a llorarme por los mismos problemas?,
prosiguio el hombre.
Todos enmudecieron y comprendieron el mensaje:
cada vez que tengas un problema, no debes
regodearte en el. Afrontalo lo antes posible,
preocuparte a diario por lo mismo no va a resolver
las dificultades, solo te hara perder el tiempo y la
energia.
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