Erase una vez un rey que tenia a su servicio a un
sabio consejero quien, siempre que se enfrentaba a
situaciones adversas, le decia: "Que bueno, que
bueno, que bueno"
Un dia de caceria, el monarca tuvo tan mala suerte que se secciono un dedo del pie y, cuando se reencontro con su consejero, este exclamo:Que
bueno, que bueno, que bueno"
Dolido con esa reaccion, el rey mando despedir al
consejero quien repitio su enigmatica sentencia
antes de salir.
Transcurrido un tiempo, el monarca fue capturado
por una tribu para sacrificarlo ante su dios, pero
cuando vieron que le faltaba el dedo gordo del pie
decidieron que no era digno de su divinidad y lo
dejaron en libertad.
En ese momento, fue cuando el rey comprendio las
palabras de su consejero."Que bueno fue perder el
dedo,por ello aun sigo vivo"penso.
Mando que fueran a buscarlo para agradecerle lo
que antes no habia entendido y le pregunto por que dijo que bueno al ser despedido. Y el sabio
hombre le repondio: Porque de no haber sucedido
eso yo habria ido con vos y a mi si me habrian
sacrificado" Esto nos hace pensar que a veces no
entendemos que hay una razon para cada dificultad de la vida y que hemos de tomar distancia para poder decir de nuevo:"Que bueno"
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