A Dios rogando y con el mazo dando...
El discipulo fue a visitar al maestro
y le dijo:
-Tengo tanta confianza en Dios que le he dejado
suelto mi caballo ahi fuera porque estoy seguro de que Dios protege los intereses de los que le aman.
El maestro respondio:
-Sal fuera y ata tu caballo. Dios no puede ocuparse de hacer por ti lo que eres capaz de hacer tu y debes hacer con sentido comun.
Martin Irure
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