El mal no reside de forma natural en el mundo, en los acontecimientos ni en las personas. El mal es
consecuencia del descuido,la pereza o la distraccion: aparece cuando perdemos de vista el
verdadero proposito de nuestra vida.
Cuando recordamos que el proposito es el progreso espiritual, volvemos a esforzarnos en dar
lo mejor de nosotros mismos. Asi es como se alcanza la felicidad.
Valora tu mente, aprecia tu razon,mantente fiel a tu proposito.
No entregues tu mente.Si alguien pretendiera ofrecer tu cuerpo tu cuerpo a cualquier transeunte
sin darle mayor importancia,,naturalmente te pondrias furioso.
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