Mario benedetti
Acá
hay tres clases de gente: la que se mata trabajando, las que deberían trabajar
y las que tendrían que matarse.
Yo amo, tú amas, el ama,
nosotros amamos, vosotros amáis, ellos aman. Ojalá no fuese conjugación sino
realidad.
La infancia es un privilegio
de la vejez. No sé por qué la recuerdo actualmente con más claridad que nunca.
Y para estar total,
completa, absolutamente enamorado, hay que tener plena conciencia de que uno
también es querido, que uno también inspira amor.
El amor no es repetición.
Cada acto de amor es un ciclo en sí mismo, una órbita cerrada en su propio
ritual. Es, cómo podría explicarte, un puño de vida.
Algunas cosas del pasado
desaparecieron pero otras abren una brecha al futuro y son las que quiero
rescatar.
Cuando creíamos que teníamos
todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.
Un sociólogo norteamericano
dijo hace más de treinta años que la propaganda era una formidable vendedora de
sueños, pero resulta que yo no quiero que me vendan sueños ajenos, si no
sencillamente que se cumplan los míos.
Nunca pensé que en la
felicidad hubiera tanta tristeza.
Después de todo
la muerte es sólo un síntoma
de que hubo vida.
Qué buen insomnio si me
desvelo sobre tu cuerpo.
La perfección es una pulida
colección de errores.
Quizá mi única noción de
patria
sea esta urgencia de decir Nosotros
quizá mi única noción de patria
sea este regreso al propio desconcierto.
Quién lo diría
los débiles de veras
nunca se rinden.
Uno no siempre hace lo que
quiere, pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere.
El futuro no es
una página en blanco
es una fe
de erratas.
No te rindas que la vida es
eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
Cinco minutos bastan para
soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo.
Ojalá que la espera
no desgaste mis sueños.
seneca
Desdichado es el que por tal se tiene.
Quien da pronto da dos veces.
El que teme es un esclavo.
considera las contrariedades como un ejercicio.
La esclavitud más denigrante es la de ser esclavo de uno
mismo.
Pesa las opiniones, no las cuentes.
El peor enemigo es el que está encubierto.
sin estudiar enferma el alma.
El hombre más poderoso es el que es dueño de sí mismo.
Una era construye ciudades. Una hora las destruye.
Es, a menudo, más conveniente disimular que vengarse.
La conversación es la expresión de nuestro modo de
pensar.
Proporcionalmente al número de los admiradores crece el
de los envidiosos.
Estar en ocio muy prolongado, no es reposo, es pereza.
El fuego prueba el oro; la miseria los hombres fuertes.
A los que corren en un laberinto, su misma velocidad los
confunde.
Nunca fue fácil el aprendizaje de la virtud.
Los hombres aprenden mientras enseñan.
No hay viento favorable para el que no sabe donde va.
Escucha aún a los pequeños, porque nada es despreciable
en ellos.
No hay ninguna cosa buena
que no tenga su base en la razón.
Este día que tanto temes por
ser el último, es la aurora del día eterno.
Lo que de raíz se aprende
nunca del todo se olvida.
No podemos evitar las
pasiones, pero si vencerlas.
Merece salir engañado el que
al hacer un beneficio, cuente con la recompensa.
Las obras se tienen medio
terminadas cuando se han comenzado bien.
Importa mucho más lo que tú
piensas de ti mismo que lo que los otros opinen de ti.
Jamás se descubriría nada si
nos considerasemos satisfechos con las cosas descubiertas.
No es pobre el que tiene
poco, sino el que mucho desea.
No hay árbol recio ni
consistente sino aquel que el viento azota con frecuencia.
Cuando se está en medio de
las adversidades, ya es tarde para ser cauto.
El colmo de la infelicidad
es temer algo, cuando ya nada se espera.
El que no quiera vivir sino
entre justos, viva en el desierto.
Un gran marinero puede
navegar aunque sus velas sean de alquiler.
No hay árbol recio ni
consistente sino aquel que el viento azota con frecuencia.
Mostrarse asustado sin
motivo aparente es dar a conocer que se tiene razón de temer.
Hay ciertas cosas que para
hacerlas bien no basta haberlas aprendido.
La ira: un ácido que puede
hacer más daño al recipiente en la que se almacena que en cualquier cosa sobre
la que se vierte.
Cuando no encontré motivo
alguno para compadecerme, lo hice por respeto a mí mismo.
Los deseos de nuestra vida
forman una cadena, cuyos eslabones son las esperanzas.
.
Un hombre inútil es gravoso
al estado, en que se pesa el mérito de los miembros por la utilidad que de
ellos se saca.
.
El ardimiento juvenil en sus
comienzos es fogoso, pero languidece fácilmente y no dura; es el humo de una
fogata liviana.
Es tan grande el placer que
se experimenta al encontrar un hombre agradecido que vale la pena arriesgarse a
hacer un ingrato.
Un hombre sin pasiones está
tan cerca de la estupidez que sólo le falta abrir la boca para caer en ella.
No existe ningún gran genio
sin un toque de demencia.
Igual virtud es moderarse en
el gozo que moderarse en el dolor.
Los hombres aman sus vicios
y al mismo tiempo los odian.
Forma parte de la curación
el deseo de ser curado.
La recompensa de una buena
acción está en haberla hecho.
Muy sentida es la muerte
cuando el padre queda vivo.
CICERON
Cuando los tambores hablan, las leyes callan.
Nadie que confía en sí, envidia la virtud del otro.
la vida de los muertos perdura en la memoria
de los vivos.
Las enemistades ocultas y silenciosas, son
peores que las abiertas y declaradas.
A pesar de que ya soy mayor, sigo aprendiendo de mis
discípulos.
Es propio de los necios ver los vicios ajenos y olvidar
los propios.
Nada resulta más atractivo en un hombre que su cortesía,
su paciencia y su tolerancia.
Cuanto más altos estamos, más debemos bajarnos hacia
nuestros inferiores.
No hay nada tan increíble que la oratoria no pueda
volverlo aceptable.
Todas las acciones cumplidas sin ostentación y sin
testigos me parecen más loables.
No lo hagas si no conviene. No lo digas si no es verdad.
El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no
parecérsele.
jamás hay que discutir con un superior, pues se corre el
riesgo de tener razón.
De las cosas que tienes, escoge las mejores y después medita
cuán afanosamente las hubieras buscado si no las tuvieras.
El tiempo es como un río que arrastra rápidamente todo lo
que nace.
Si la fama sólo llega después de la muerte, no tengo
prisa en conseguirla.
Lo que no es útil para la colmena, no es útil para la
abeja.
Cuando el dolor es insoportable, nos destruye; cuando no
nos destruye, es que es soportable.
Se dice que existen tres clases de testigos: Los que han
visto bien, pero dudan de lo que han visto. Los que han visto mal, pero creen
haber visto bien. Y los que no han visto nada y aseguran haber visto todo.
. El que hace un favor a quien lo merece, él
mismo lo recibe.
No lo hagas si no conviene. No lo digas si no es verdad.
El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no
parecérsele.
Jamás hay que discutir con un superior, pues se corre el
riesgo de tener razón.
De las cosas que tienes, escoge las mejores y después
medita cuán afanosamente las hubieras buscado si no las tuvieras.
El tiempo es como un río que arrastra rápidamente todo lo
que nace.
Si la fama sólo llega después de la muerte, no tengo
prisa en conseguirla.
Lo que no es útil para la colmena, no es útil para la
abeja.
Cuando el dolor es insoportable, nos destruye; cuando no
nos destruye, es que es soportable.
Se dice que existen tres clases de testigos: Los que han
visto bien, pero dudan de lo que han visto. Los que han visto mal, pero creen
haber visto bien. Y los que no han visto nada y aseguran haber visto todo.
El que hace un favor a quien lo merece, él mismo lo
recibe.
En un bosque se bifurcaron
dos caminos, y yo... Yo tomé el menos transitado. Esto marcó toda la
diferencia.
El verdadero dolor es el que
se sufre sin testigos.
Ni temas ni desees la
muerte.
La máxima virtud de un
príncipe es conocer a los suyos.
La Fortuna da demasiado a
muchos, pero a ninguno bastante.
Poder disfrutar de los
recuerdos de la vida es vivir dos veces.
No te hagas demasiado amigo
de nadie: tendrás menos alegrías pero también menos penalidades.
Buda
Pocos son entre los hombres los que llegan a la otra
orilla; la mayor parte corre de arriba a abajo en estas playas.
Ni siquiera un dios puede cambiar en derrota la victoria
de quien se ha vencido a sí mismo.
Ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus
propios pensamientos.
Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo
muy duro: has de enderezarte a ti mismo.
Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las
dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas.
Avanzando estos tres pasos, llegarás más cerca de los
dioses: Primero: Habla con verdad. Segundo: No te dejes dominar por la cólera.
Tercero: Da, aunque no tengas más que muy poco que dar.
No hay incendio como la pasión: no hay ningún mal como el
odio.
el insensato que reconoce su insensatez es un
sabio. Pero un insensato que se cree sabio es, en verdad, un insensato.
Larga es la noche para el que yace despierto; larga es la
milla para el que va cansado; larga es la vida para el necio que no conoce la
verdadera ley..
Todo lo que somos es el
resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está
hecho de nuestros pensamientos.
La reflexión es el camino
hacia la inmortalidad (nirvana); la falta de reflexión, el camino hacia la
muerte.
El odio no disminuye con el
odio. El odio disminuye con el amor.
El deseo y la felicidad no pueden vivir juntos.
Todos los asuntos tienen dos asas: por una son
manejables, por la otra no.
El infortunio pone a prueba a los amigos y descubre a los
enemigos.
En la prosperidad es muy fácil encontrar amigos, en la
adversidad no hay nada más difícil.
La envidia es el adversario de los más afortunados.
Los placeres raros son los que más nos deleitan.
No se llega a campeón sin sudar.
Lo que inquieta al hombre no son las cosas, sino las
opiniones acerca de las cosas.
Eepicteto
Elige la mejor manera de vivir; la costumbre te la hará
agradable.
¿Qué ganarías con injuriar a una piedra que es incapaz de
oírte? Pues bien, imita a la piedra y no oigas las injurias que te dirijan tus
enemigos.
No pretendas que las cosas ocurran como tu quieres.
Desea, más bien, que se produzcan tal como se producen, y serás feliz.
La fuente de todas las miserias para el hombre no es la
muerte, sino el miedo a la muerte.
Acusar a los demás de los infortunios propios es un signo
de falta de educación. Acusarse a uno mismo, demuestra que la educación ha
comenzado.
Puedes ser invencible si nunca emprendes combate de cuyo
regreso no estés seguro y sólo cuando sepas que está en tu mano la victoria.
La felicidad no consiste en adquirir y gozar, sino en no
desear nada, pues consiste en ser libre.
Un barco no debería navegar con una sola ancla, ni la
vida con una sola esperanza.
El hombre sabio no debe abstenerse de participar en el
gobierno del Estado, pues es un delito renunciar a ser útil a los necesitados y
un cobardía ceder el paso a los indignos.
¿Quieres dejar de pertenecer al número de los esclavos?
Rompe tus cadenas y desecha de ti todo temor y todo despecho.
No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni
de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio
miedo
Así como hay un arte de bien hablar, existe un arte de
bien escuchar.
Si dicen mal de ti con fundamento, corrígete; de lo
contrario, échate a reír.
El error del anciano es que pretende enjuiciar el hoy con
el criterio del ayer.
En las desgracias hay que acordarse del estado de
conformidad con que miramos las ajenas.
Cuando hayas de sentenciar procura olvidar a los
litigantes y acordarte sólo de la causa.
Si no tienes ganas de ser frustrado jamás en tus deseos,
no desees sino aquello que depende de ti.
El sol no espera a que se le suplique para derramar su
luz y su calor. Imítalo y haz todo el bien que puedas sin esperar a que se te
implore.
La prudencia es el más excelso de todos los bienes.
El exceso de cólera engendra la locura
Si dicen mal de ti con fundamento, corrígete; de lo
contrario, échate a reír.
El error del anciano es que pretende enjuiciar el hoy con
el criterio del ayer.
En las desgracias hay que acordarse del estado de
conformidad con que miramos las ajenas.
Cuando hayas de sentenciar procura olvidar a los
litigantes y acordarte sólo de la causa.
Si no tienes ganas de ser frustrado jamás en tus deseos,
no desees sino aquello que depende de ti.
El sol no espera a que se le suplique para derramar su
luz y su calor. Imítalo y haz todo el bien que puedas sin esperar a que se te
implore.
La prudencia es el más excelso de todos los bienes.
Platon
Si bien buscas, encontrarás.
Lo que se mueve por sí mismo
es inmortal.
La mejor tumba es la más
sencilla.
Lo que no sé, tampoco creo
saberlo.
En torno de la esencia está
la morada de la ciencia.
Cada lágrima enseña a los
mortales una verdad.
En todas las cosas,
naturales y humanas, el origen es lo más excelso.
Los amigos se convierten con
frecuencia en ladrones de nuestro tiempo.
Buscando el bien de nuestros
semejantes, encontramos el nuestro.
El virtuoso se conforma con
soñar lo que el pecador realiza en la vida.
Aprendiendo a morir se
aprende a vivir mejor.
La burla y el ridículo son,
entre todas las injurias, las que menos se perdonan.
Al contacto del amor todo el
mundo se vuelve poeta.
El hombre inteligente habla
con autoridad cuando dirige su propia vida.
Son filósofos verdaderos
aquellos a quienes gusta contemplar la verdad.
Dijo Platón que los buenos
son los que se contentan con soñar aquello que los malos hacen realidad.
Tres facultades hay en el
hombre: la razón que esclarece y domina; el coraje o ánimo que actúa, y los
sentidos que obedecen.
Cuando una multitud ejerce
la autoridad, es más cruel aún que los tiranos.
Teme a la vejez, pues nunca
viene sola.
Platón es mi amigo, pero la
verdad me es más querida.
La obra maestra de la
injusticia es parecer justo sin serlo.
Si el semblante de la virtud
pudiera verse, enamoraría a todos.
La buena fe es el fundamento
de toda sociedad, la perfidia es la peste.
No dejes crecer la hierba en
el camino de la amistad.
La civilización es la
victoria de la persuasión sobre la fuerza.
La libertad está en ser
dueños de la propia vida.
Donde reina el amor, sobran
las leyes.
El objetivo de la educación
es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano.
El más importante y
principal negocio público es la buena educación de la juventud.
El amor consiste en sentir
que el ser sagrado late dentro del ser querido.
Frío e insípido es el
consuelo cuando no va envuelto en algún remedio.
Debemos buscar para nuestros
males otra causa que no sea Dios.
La filosofía es un
silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al ser.
Todo lo que se llama
estudiar y aprender no es otra cosa que recordar.
No hay hombre tan cobarde a
quien el amor no haga valiente y transforme en héroe.
La pobreza no viene por la
disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos.
El hombre embrutecido por la
superstición es el más vil de los hombres.
Los hombres viven celosos de
la inmortalidad.
Los muertos son los únicos
que ven el final de la guerra.
De virtud hay una especie,
de maldad, muchas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario