A cierto amigo mio que viajaba por una region escasa de arboles donde el sol caia sin clemencia, se le revento una llanta del automovil. Furioso por tan desagradable percance, mi amigo echo pie a tierra y ya se disponia a poner el gato para cambiar la llanta, cuando un viejo que pasaba en un cochecito de mala muerte tirado por una mula, se detuvo a su lado y le pregunto.
-¿Puedo ayudarle? Limpiandose el sudor que le cubria los ojos, levanto mi amigo la cabeza para responderle con un aspero "no"y siguio en su tarea.
El viejo estuvo mirandolo por un corto rato y luego se bajo en silencio de su armatoste. Un momento despues, mi amigo noto que el ardoroso sol de agosto ya no le daba en la espalda, y volvio a mirar sorprendido. El viejecito estaba al lado suyo sosteniendo una enorme sombrilla,
- Pense que, por lo menos, podia darle un poco
de sombra-explico humildemente.
Ben Forison.
No hay comentarios:
Publicar un comentario