hombre. Me has enseñado que ante todos
los problemas y adversidades, teniendolo todo
para perder, el darse por vencido nunca es la
solucion.
Me has enseñado a arriesgar lo poco que se tienen en pos de conseguir algo mejor dandome ejemplo de no pecar de soberbia si triunfo, y educando mi capacidad de afrontar frustraciones y derrotas sin quejas ni ira al ser vencido.
Me has enseñado que ser humilde es ir a darle la cara a una persona que acaba de humillarte y no devolverle el insulto, sino perdonarla y dejarle las puertas abiertas.
Me has enseñado que en esta vida
triunfa el que trasciende, fracase o
no. Aquel que logra avanzar poco
a poco, pero sin aportar nada a
los demas, es un derrotado.
Me has enseñado y
corregido inteligentemente
en mis momentos de
desorientacion, me has
servido cuando el que
debio servirte era yo.
Has estado presente
cuando te he necesitado,
en los momentos de tristeza
para consolarme y
aconsejarme.
Y a veces me has indicado que yo solo debo resolver mis problemas.
Me has legado una personalidad de servicio y entrega, pues has dejado tus diversiones por
darme incluso hasta lo que no tienes.
Me has enseñado a tener sangre fria en los momentos de crisis y cautela y honor en los momentos grandes.
Has respetado mi individualidad y, mas aun,
me has enseñado a no cometer tus errores
invitandome a seguir tu camino de aciertos.
Pero, mas que todo, me has enseñado a ser un hombre fiel, dedicado, responsable y justo.
Que suerte tengo de tener un padre como tu, un amigo, el mejor de todos,
Luis Alberto Garcia G.
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