Un sabio maestro se dirigia a su atento auditorio dando valiosas lecciones sobre el poder sagrado de las palabras y su influencia en nuestra vida y la de los demas. Hasta que de repente un hombre lo interrumpio:
-Lo que usted dice no tiene ningun valor.
El maestro lo escucho con mucha atencion, y tan pronto termino la frase, le grito con fuerza:
-¡¡Callate, estupido!!
Ante el asombro de la gente, el aludido se lleno de furia y solto varios insultos. Cuando estaba fuera de si, el maestro alzo la voz y le dijo:
-Perdone caballero, le he ofendido y le pido perdon; acepte mis sinceras excusas y sepa que respeto su opinion, aunque estemos en desacuerdo.
El señor se calmo y le dijo al maestro:
-Lo entiendo, y tambien pido disculpas y acepto que la diferencia de opiniones no debe servir para pelear, sino para mirar otras opciones.
El maestro le sonrio y le dijo:
-Perdone usted que haya actuado de esta manera, pero asi hemos visto todos, del modo mas claro, el gran poder de las palabras: con unas pocas lo altere, y con otras pocas lo calme.
Las palabras no se las lleva el viento, las palabras dejan huella ,curan o hieren a una persona.
Los griegos decian que la palabra era divina y los filosofos elogiaban el silencio. Piensa en esto y cuida tus pensamientos, porque ellos se convierten en palabras, y cuida tus palabras, porque ellas marcan tu destino.
Eres sabio si sabes cuando hablar y cuando callar.
Anonimo
Las palabras son como los rayos del sol: cuanto mas concentradas estan, mas profundamente queman.
Robert Southey
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