Mónica era la esposa del mas brusco y agresivo de los hombres del barrio. Y en aquella ciudad la gente era de muy mal carácter, casi todos los días Mónica se encontraba con alguna mujer apaleada o herida por su esposo.
Sin embargo Patricio esposo suyo jamás la golpeaba. ¿Cómo lo haces si Patricio tiene fama de ser uno de los hombres mas violentos de la ciudad, le decían sus amigas?. Ah!!! exclamaba Mónica, es que para pelear se necesitan dos, uno solo no logra pelear. "Yo procuro que cuando mi marido esta encolerizado, yo este calmada ; Cuando el grita ,yo me callo; Y cuando el dice guerra ;yo digo paz". Fue así como esta mujer se convirtio en santa Mónica. Gracias a su paciencia logro que su esposo se volviera católico y que su hijo llegara a ser San Agustín, obispo de Hipona.
Algo parecido le sucedía a Benjamín Franklin. Una suegra quisquillosa gozaba llevando la contra a todos el mundo, hostigando a todos ; pero con Franklin no lo logro jamás. El tenia por lema no contradecirla.
Cierta vez la terrible señora exclamo en pleno mediodía. Sepan que estamos a medianoche y Franklin respondió sonriendo. ¡Si y que lindas se ven las estrellas!¿Quien puede pelear con una persona así?
P. Elicer Saliman.
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