MIAU

 Un samurái se disponía a cocinar el pez que acaba de pescar cuando su gato dio un salto y le robo su presa. El hombre se enfureció saco su sable y de un golpe partió al gato en dos. Como era un budista ferviente  el remordimiento de haber matado a un ser vivo no le dejaba vivir en paz.                              De noche no soñaba mas que  miaus. La obsesión le perseguía y fue al templo a pedir consejo a un viejo maestro zen  que le dijo:

Eres un guerrero, ¿Cómo has podido caer tan bajo?

Si no puedes vencer por ti mismo  miaus, mereces hacerte el  haraquiri. Sin embargo soy monje y tengo piedad de ti. Cuando comiences  a abrirte el vientre te cortare la cabeza para abreviar tu sufrimiento. 

El samurái accedió y se preparo para la ceremonia. Cuando ya notaba la punta del cuchillo sobre su  abdomen entonces el maestro le pregunto.;

¿Oyes ahora los maullidos?

Oh no ahora no!! entonces si han  desaparecido no es necesario que mueras.

En realidad todos somos muy parecidos al samuray

Ansiosos, atormentados, quejicas y miedosos. La menor cosa nos espanta  y los problemas que nos preocupan no tienen la importancia que les otorgamos son parecidos al miau de la historia.

Ante la muerte ¿Qué cosa hay que importa? 


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