CAMINAR, CAMINAR

Un piloto cayo con su avioneta  en los macizos de los Andes.    Sobrevivió  a la caída , pero de poco parecía que iba a servirle, pues por fuerza había de sucumbir en aquella  soledades salvajes.

Era imposible  orientarse  y lo peor era las temperaturas bajísimas que por la noche lo transformaban todo en hielo.   Después de una  infructuosa  búsqueda lo dieron por muerto.

Pero he aquí  que apareció. Había  caminado sin  interrupción durante cinco días y cuatro noches.

Caminar, caminar caminar, venciendo minuto a minuto la terca sensación de tumbarse y dormir, de tumbarse y acabar. 

¿Qué le impulso a continuar?, no el instinto de conservación, ya que no tenia fuerza, sino este pensamiento empujando sus pies hinchados.

 "Si las personas a quienes amo piensan que vivo, esperan que siga caminando". 

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