Antes de hablar, considera primero lo que tu dices, segundo porque lo dices, lo tercero a quien lo dices, cuarto quien te lo ha dicho, quinto las consecuencias de tus palabras, sexto que provecho resultara de esta; séptimo, quien escuchara lo que digas.
Luego, pon tus palabras en la punta de tu dedo y hazlas girar de estas siete maneras antes de pronunciarlas; y de tus palabras no seguirá nunca daño alguno.
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