Cuando llegas a las cuatro y levantas el telón la sonrisa que me brindas alegra mi corazón La tarde de Navidad que hasta mi lecho llegaste venias muy despacito por mi nombre preguntaste.
La paciencia que tu tienes y tu gran humanidad. me enseñan como aprender a pensar en los demás.
Tus manos que son muy bellas llegan donde yo no puedo y me arreglan con cariño como a pequeño indefenso Cuando tengas que marcharte un vacío quedara por compañera y amiga y saberme soportar.
Esta poesía me la ha dejado mi amiga Irene que se la regalo una amiga, a quien cuido.
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