Es temible el pobre que no está conforme con su pobreza.
El avaro es como el hidrópico; cuanto mas bebe, mas desea beber.
Basta al avaro saber que hay otro mas rico que el, para hacerle desgraciado.
Los avarientos nunca hacen bien, sino cuando mueren.
El dinero es un criado en la casa del sabio, un tirano en la del necio.
Las riquezas no ponen fin a las miserias, solo las cambian de especie.
Las riquezas facilitan el camino de la corupcíón.
Los bienes se adquieren a costa de muchas
fatigas, se conservan con inquietudes, y se pierden con la mayor facilidad.
El mas rico de los hombres es el que se contenta con menos.
El que mucho desea, siempre está necesitado.
Quien tiene lo necesario no debe desear mas.
Por lo regular ningun hombre de bien se enriquece repentínámente.
Es suficiente para vivir, no padecer frío, hambre ni sed.
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