Ten cuidado con tus pensamientos;
se volverán palabras.
Ten cuidado con tus actos;
se volverán costumbres.
Cuidado con tus costumbres; sera tu carácter.
Cuida tu carácter, será tu destino, será tu vida.
La vida es un jardín.
Lo que siembras en ella, eso te devolverá.
Así que elige semillas buenas, riegalás y con
seguridad tendrás las flores más hermosas.
Cada acto, palabra sonrisa o mirada, es una simiente.
Procura, entonces, que caiga tu simiente en el
surco abierto del corazón de los hombres y
vigila su futuro.
Procura, además que sea como el trigo que
da pan a los pueblos, y no produce espinas
y cizaña que dejan estériles las almas.
Muchas veces sembrarás en el dolor, pero esa
siembra traerá frutos de gozo.
A menudo sembrarás llorando, pero ¿ quien sabe si tu simiente no necesita del riego de
tus lagrimas para que germine?
No tomes las tormentas como castigos.
Piensa que los vientos fuertes harán que tus
raíces se hagan más profundas para que tu
rosal resista lo que habrá de venir.
Y, cuando tus hojas caigan no te lamentes serán tu propio abono reverdecerás y tendrás
flores nuevas.
Cada acto, cada palabra, cada sonrisa, cada
mirada es una simiente,
Procura hacer siempre una siembra de amor.
Somos el producto de lo que pensamos y sentimos. Por lo tanto mucho de lo que nos
sucede en nuestra vida cotidiana, está influenciada por nuestra propia fuerza interior
El antídoto contra la mala suerte está en cada persona, en su forma de ser y de vivir,
en la manera como canaliza las energías que están dentro de si mismo.
Y, sobre todo, en la forma como transmitimos
esas energías a las personas que están cerca
de nosotros.
Si afirmamos permanentemente y con absoluta
fe cosas positivas, eso será lo que logramos,
ya para nuestra salud, trabajo, familia, amigos
y todo cuanto con un buen propósito queremos que Dios nos conceda.
El poder de la fe que pongamos en todo cuanto pidamos será determinante a la hora de recibir sus gracias y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario