PENSAMIENTOS
Habla y actúa en tu vida siempre con sinceridad.
Pero ten en cuenta que ser sincero no significa ser imprudente: no es necesario decir siempre y a cualquiera todo lo que uno
piensa y siente.
Es sincero quien traduce sus sentimientos, sus
deseos, sus pensamientos, en palabras y en obras.
Es sincero quien hace que las primeras concuerden con las segundas: quien confirma
con su conducta la validez de su palabra.
Si tiendes a exagerar, a magnificar tus actos,
a restar valor a las bondades ajenas, a buscar
rápidamente excusas y alegatos de defensa, a
permitir que la mancha de la duda se extienda sobre los otros, no estás siendo sincero ni contigo ni con los demás.
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